Cosas que deberían enseñarle los profes (pero no lo hacen)

Una sección para recordar que ser docente es también aprender.
Aquí encontrarás artículos que combinan sentido común, neurodiversidad, normativa básica y mucha paciencia (la que tú ya has gastado de tanto repetir lo evidente).
Porque explicar una vez más que igualdad no es repetir lo mismo para todos, no debería ser tu trabajo… pero lo es.

🧑‍🏫 Tengo un alumno con TDA… ¿y ahora qué?

Mini-guía para docentes rebeldes en el aula (también con bata, tiza o teclado)
(Por si estás en la era digital, pero con ganas de cambiar el sistema)

📝 ¿Por qué esta guía?

Porque no todos los profesores son dinosaurios.
Porque algunos queréis entender, y eso os hace parte de la revolución.
Porque sabemos que hay docentes que dudan, que escuchan, que no se conforman.
Y porque si te ha tocado un alumno con TDA, tienes una oportunidad: la de mirar distinto.

Esta guía no reemplaza la formación oficial ni sustituye protocolos.
Tampoco lo pretende.
Es una brújula para profes que no quieren quedarse en “es que no me enseñaron esto”.
Una ayuda para los que saben que una ficha no lo soluciona todo.
Y una palmadita en la espalda para quienes están dispuestos a desaprender.

1. Primero, infórmate

   • El TDA no es una excusa.

   • Tampoco una moda.

   • Es una forma distinta de funcionar.

   • Y si lo comprendes, puedes hacer mucho más de lo que imaginas.

2. Habla con la familia

   • Quizá están cansados, quizá están perdidos.

   • Pero también están agradecidos de encontrar un profe que quiere entender.

   • No minimices. No des lecciones de crianza.

   • Pregunta, escucha, busca una mirada común.

3. Pregunta en orientación

   • ¿Hay plan de apoyo? ¿Adaptaciones activadas?

   • ¿Qué necesita este alumno? ¿Qué herramientas tiene el centro?

   • Si no te dan respuestas claras, insiste. Y si puedes, documenta.

4. Empieza ya

   • No hace falta esperar el protocolo para poner sentido común.

   • Puedes empezar hoy:

     • Con más tiempo.

     • Con un esquema.

     • Con instrucciones más claras.

     • Con pausas.

   • No todo es papel y sello. A veces es mirar mejor.

5. Observa, toma nota, cruza datos

   • ¿Cuándo conecta? ¿Cuándo se apaga?

   • ¿Cómo se organiza? ¿Se desborda?

   • A veces lo que parece falta de voluntad es saturación.

   • Y lo que suena a “no le da la gana” es desconexión pura.

6. Evita frases que hieren más que ayudan

   • “Tiene que esforzarse más”

   • “Cuando quiere, puede”

   • “Se lo olvida todo”

   • “Está en su mundo”

   • Mejor: ¿qué necesita para poder?

7. Ten en cuenta que no todos los TDA son iguales

   • Algunos no paran quietos.

   • Otros no dicen ni mu.

   • Algunos tienen hiperfoco.

   • Otros viven dispersos.

   • El TDA no tiene una sola cara. Pero todas necesitan ser vistas.

8. Apóyate en otros

   • Habla con tutores anteriores.

   • Pregunta a orientación.

   • Escucha a tus compañeros.

   • A veces alguien ya encontró una tecla.

9. Y si dudas, pregunta

   • También puedes preguntar aquí.

   • Aquí nadie lo sabe todo, pero entre todas las miradas podemos entender mejor.

📎 Lo que no se debe olvidar:

• No se trata de salvar al mundo.
  Se trata de no dejar caer al que tienes delante.

• La familia puede parecer intensa.
  A lo mejor lleva años intentando que le escuchen.

• Las adaptaciones no son privilegios.
  Son andamios.

• Educar no es solo explicar contenidos.
  Es acompañar trayectorias.

• El aula no puede ser igual para todos si no todos están en el mismo punto de partida.

• Y sí: también se puede educar con cabeza y corazón..

🔍 Tengo un alumno con TDA. ¿Y ahora qué?

📄 ¿Te gustaría llevarla contigo?

📌 Llévala contigo, compártela, revísala cuando lo necesites. Puedes descargarla aquí:

👉 Mini-guía para docentes rebeldes en el aula

Y recuerda: esta guía es solo un comienzo.

🔁 Vuelve de vez en cuando a REBƎLDES en el AULA para encontrar nuevas ideas, recursos, plantillas y compañía.

Porque tú también formas parte del cambio.
Porque esta revolución educativa también necesita rebeldes con bata, con tiza… o con teclado.

📌 Y antes de seguir… recuerda por qué empezaste.

Si has llegado hasta aquí, quizá eres uno de esos profes que quiere hacerlo mejor. O quizá acabas de recibir una carta de una familia y no sabes por dónde empezar. Esta sección no está escrita para acusarte, sino para ayudarte a ver lo que a veces no se ve desde el otro lado del pupitre.

Aquí no hablamos de teoría ni de libros. Hablamos de errores reales que muchas familias escuchan cada semana. Palabras que pesan. Frases que cierran puertas. Conductas que duelen más de lo que imaginas.

Si no sabes aún cómo ayudar, empieza por no hacer daño.

❌ “Yo también soy despistado y no tengo TDA”

👉 Minimizar es invalidar. Lo que tú haces una vez, ellos lo viven todos los días. No es una excusa, es un diagnóstico.

❌ “Tiene que esforzarse más”

👉 Esfuerzo no es igual a resultado. Si ya se está esforzando al 200% y aún así no llega, tu frase es una losa más.

❌ “En mi clase trato a todos por igual”

👉 Suena bien. Pero la igualdad mal entendida es injusticia. Necesitan lo que necesitan, no lo que reciben los demás.

❌ “Eso en secundaria no se lo van a permitir”

👉 Amenazar con el futuro no educa, bloquea. En vez de asustar, forma. Y forma ahora, que es cuando más falta hace.

❌ “Aquí no tenemos recursos”

👉 Puede que el sistema no te los dé, pero sí tienes margen para hacer cambios reales: tono, tiempo, empatía, mirada.

❌ “Esto no es mi trabajo”

👉 Si estás en un aula con 25 niños, esto sí es tu trabajo. No lo elegiste, pero lo tienes delante. Afrontarlo es ser profesional.

❌ “Lo que pasa es que en casa no le ponéis límites”

👉 Una familia que ha llegado al diagnóstico ha pasado por más límites, peleas, lágrimas y miedo del que imaginas. No juzgues, acompaña.

🔴 Este bloque tiene que doler. Tiene que hacer pensar. Tiene que quedarse en tu cabeza.
Y tiene que decir: si no puedes hacer todo, haz algo. Pero deja de hacer daño.

“Y si dudas, pregunta. Aquí también estamos para eso”

🔥 Errores que no se pueden repetir

Si no sabes por dónde empezar, empieza por no hacer, o decir, esto

porque cada vez que lo haces, una familia se cierra y un niño se rompe un poco más

No estamos en guerra.

Solo estamos hartas.

Y sí, aún creemos que se puede educar con cabeza…

Y con corazón.