Simulaciones y dinámicas

Simulaciones y dinámicas para abrir los ojos en clase

Ejercicios para que profes y alumnos vivan en su piel lo que otros viven cada día.

¿Por qué necesitamos estas simulaciones?

Porque a veces, para comprender realmente lo que vive un niño con TDAH, no basta con leer sobre el tema. Es necesario sentirlo, aunque sea por un momento.

Estas simulaciones están diseñadas para que docentes, familiares y cualquier persona interesada puedan experimentar, en primera persona, las dificultades y desafíos que enfrentan estos niños en su día a día.

Para profes que se atreven a mirar más allá del "tiene que esforzarse más".

Esta sección está dedicada a aquellos docentes que, con valentía y empatía, deciden mirar más allá de las etiquetas y comprender las verdaderas necesidades de sus alumnos. Aquí encontrarás testimonios, experiencias y recursos de profesores que han dado el paso hacia una educación más inclusiva y comprensiva.

• Que no entienden por qué ese alumno tan listo no termina nunca un examen.

• Que no saben qué hacer con quien lo interrumpe todo el tiempo.

• Que piensan que “va a su bola” y “pasa de todo”.

• Que creen que si lo hace una vez, puede hacerlo siempre.

Estas actividades son para ellos.
Y para los valientes que ya han empezado a hacerse preguntas.

Dinámicas que desmontan certezas

🌀 2. La mente en modo 20 pestañas abiertas

Objetivo: Representar la distracción y sobrecarga mental del TDA.
Cómo funciona: Mientras alguien intenta completar una pequeña tarea (leer un texto breve), se le interrumpe cada 15 segundos con distintas órdenes o ruidos (otra voz leyendo, música, preguntas absurdas).
👉 Simula cómo es intentar concentrarse con un cerebro que no puede filtrar lo irrelevante.

⏰ 3. Cuenta atrás con presión

Objetivo: Simular la ansiedad del tiempo limitado cuando hay problemas de atención.
Cómo funciona: Se da una actividad simple con tiempo contado y un cronómetro visible haciendo ‘beep’ cada pocos segundos.
👉 Sirve para experimentar cómo se bloquea alguien con TDAH bajo presión, aunque sepa qué hacer.

🎯 1. La tarea sin instrucciones

Objetivo: Mostrar cómo se siente no entender una consigna por falta de claridad o exceso de implicaciones.
Cómo funciona: Se entrega una hoja con una instrucción ambigua (“Haz lo de siempre pero distinto”), sin estructura, sin tiempos claros ni ejemplos.
👉 Simula cómo se enfrenta un niño con TDA a tareas poco concretas, sin saber por dónde empezar.

💥 4. Te interrumpo porque sí

Objetivo: Ilustrar la dificultad de sostener una línea de pensamiento.
Cómo funciona: Una persona debe contar una historia o dar una pequeña explicación… pero alguien la interrumpe constantemente con frases aleatorias (“¿Te gusta el helado?”, “Eso ya lo dijiste”, “No, no es así”).
👉 Muestra la frustración que sienten cuando sus ideas son constantemente cortadas o cuando no consiguen terminar lo que empiezan.

🚦5. Semáforo roto

Objetivo: Explicar la impulsividad del TDAH.
Cómo funciona: En un grupo, se juega a una especie de “Simón dice”, pero con reglas contradictorias (a veces se actúa cuando se dice “no”, otras veces sólo cuando hay silencio).
👉 Simula la dificultad de frenar impulsos cuando el sistema de “freno interno” no responde a tiempo.

📻 6. Demasiadas emisoras al mismo tiempo

Objetivo: Mostrar la dificultad para mantener la atención cuando todo compite por ella.
Cómo funciona: La persona debe realizar una tarea simple (por ejemplo, copiar una frase), mientras suenan varias grabaciones simultáneas con voces distintas: una da instrucciones reales, otras emiten ruido, comentarios sin sentido o música.
👉Simula cómo se siente tener TDA: como intentar captar una noticia importante en una habitación con 20 emisoras sonando al mismo tiempo.

Para qué sirven estas simulaciones

• Para que los profes entiendan que no todo es actitud.

• Para que las familias puedan explicar sin justificarse.

• Para que el aula se transforme en un lugar más humano.

• Para que nadie vuelva a decir “no lo sabía”.

No buscamos culpables. Buscamos que dejen de doler cosas que podrían no doler.

Porque ser diferente no debería doler.
Y porque un buen profe no es el que lo sabe todo,
es el que quiere entender.

Y si eres familia… haz la prueba tú también.

Porque solo cuando te pones en su piel,
descubres que ese niño no se porta mal.
Está haciendo lo que puede.
Y muchas veces,
está haciendo magia.

“No es que quiera llamar la atención.

Es que necesita ser atendido.”